Salí a la calle, llovía. Nunca había conocido aquella ciudad sin niebla y lluvia. Siempre estaba oscuro, y el asqueroso aroma a gato muerto se colaba por las calles de la ciudad, apestando el aire.
Mis zapatos de cristal estaban rotos, y poco a poco notaba como la suela se clavaba en mis pies.
Cierto era que dolia, pero no podía pararme, ahora no.
Otra gota.
Note como el Cielo me lloraba encima mia.
Era el fin... lo noté.
Camine con más fuerza. Mi vestido con cola se estaba manchando por las lagrimas del Cielo. Antaño aquel vestido era azul, como el mar. Se dejaba notar como la arena de la playa habia estado jugando con él. Ahora, teñido de rojo...
"Demasiada sangre... no creo que aguante el color"-Me dije desolada
Segui caminando bajo aquella apestosa lluvia
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