Fate

Un coche color gris se acerco a la entrada de la mansion. Tenia los cristales tintados, y estaba impoluto. Me levante rapidamente de mi amaca, y fui corriendo a abrir la puerta. Un hombre elegante se encontraba delante mia. Estaba vestido con unirforme y llevaba una carta en la mano. "Se habra confundido..."
-¿Alicia?
-¿Sí?
-El Destino.
-¿El Destino viene a mi puerta como para darme las noticias de un querido mio a muerto en la guerra?
-El Destino se presenta en cada esquina, Alicia.
-¿He de preocuparme?
-¿Sabes a que e venido?
-No
-Entonces... aún no.


Poco despues... Alicia lloró

Historias

Cuenta la leyenda, que una serpiente empezó a perseguir a una luciérnaga. Ésta huía con miedo pero la serpiente no pensaba desistir.
Huyó un día y la serpiente no desistió; dos días, y seguía tras ella. En el tercer día, ya sin fuerzas, la luciérnaga se detuvo y le dijo a la serpiente:

- ¿Puedo hacerte 3 preguntas?

- No acostumbro a responder, pero como te voy a devorar, puedes preguntar, respondio la serpiente.

-¿Pertenezco a tu cadena alimentaria? -preguntó la luciérnaga.
-No.

-¿Te hice algún daño?
-No.

-Entonces ¿por qué quieres acabar conmigo?
-Porque no soporto verte brillar.

El árbol de los deseos

Se dice que en el fondo de un bosque, el cual se desconoce su posición, se encuentra un árbol el cual es capaz de conceder cualquier deseo... Por difícil que sea.
Según cuenta la leyenda es un árbol de más de diez kilometros de altura, capaz de quitarle el óxigeno a cualquiera que lo vea. Sus ramas, entrelazadas entre ellas se alzan por encima de todo pensamiento existente. Nunca se han visto las hojas de este árbol. Muchos piensan que los deseos son esas hojas que calleron antaño, y que llegan ahora a la tierra, justo al lado de algún humano durmiente, o soñador esperando que sea el viento el que traiga su deseo realizado, y así es. En aquellas hojas el viento marco hace tiempo ya los sueños, que esperaban impacientes ser enviados a sus portadores. Aunque a veces, en la trayectoria de un deseo se interpone alguien, al cual no le era predestinado a ese fin. Solamente con la suerte, o la desgracia, se les otorga el poder de ese deseo que no era suyo, haciendo infeliz a alguien. Ese alguien ahora se conforma con cualquier cosa, con una hoja muerta del suelo, que lleva la gente pisoteando desde hace muchos otoños....
Aquel deseo era, tenerte en mis brazos.


La gente le da poca importancia. Aunque para mi... era vital

Duda

¿Sabes que? Ayer mismo me encontre con Duda

¿En serio? Hace tanto que no hablo con ella ¿Y qué tal está?

Pues... duda.

Vaya... Normal. Siempre está de un lado para otro con esos pensamientos. No me extraña nada que dude.

Pero la culpa siempre es de Las Adversidades.

¿Y ahora por que te metes con ellas?

Es que siempre hacen dudar a Duda.

No es de nuestra incumbencia lo que hagan Las Adversidades con Duda.

Pense que Duda era tu amiga.

Lo es, pero tengo mas aprecio a Las Adversidades que a Duda.

Que malo eres. Duda piensa que puede contar con nosotros y parece ser que los unicos amigos que tiene le fallan.

Dilo por ti Razón... Como a ti siempre te dan todo.

¿Perdona Pensamiento?

Lo que has oido.

Siempre estas igual... eres un tozudo. Tiene que ser lo que tu digas, por que lo dices tu ¿no? Ya me he cansado

Sueños detrás de una lágrima

He venido ha hablaros de sueños...
Aquellos pensamientos que nos llevan a realizar cosas increibles. Cosas que nuestro subsconciente no quiere que hagamos en el mundo real. ¿Sabeis por qué? Tiene miedo. Todo se trata de valor. La vida. Todo lo que hacemos en ella, son unas pruebas de valor que tenemos que ir superando día a día. La decepción, el fracaso, el odio, la arrogancia, el miedo... Si consiguieramos encontrar valor en cada uno de todos aquellos retos que nos ofrece la vida... dejaría de haber sueños. En parte sería bonito, poder vivir siempre como habíamos deseado... Pero... Algo falla. No tenemos metas. No tenemos Sueños. Nuestra vida es tan perfecta, que no buscamos la necesidad de nada más. Es aburrido. ¡Exacto! Eso es lo que falta... la chispa. Aquel condensador de fluzo que hace que hagamos lo imposible por conseguir algo, incluso aunque ese algo sea insignificante. Pero es nuestra meta... nuestro sueño... Pero nuestro. Aquello por lo que queremos luchar. Por lo que seriamos capaces de dar la vida para conseguirlo.
Esto me llega a plantearme...
El amor ¿ es un sueño imposible?

Detras de cada cosa

Tras una risa desesperada...
Un llanto.

Y tras un llanto desolador...
La espera.

Y tras verle fugazmente...
La desesperación.

Y tras soñar con su sonrisa...
La tristeza de ver que no está a tu lado.

Y tras una canción de amor..
Un llanto de esperanza.

Y tras un lamento..
Alguien con quien hablar.

Y tras una mirada...
Un mundo.

Y tras una amiga...
Tu vida...

Tumbada en un raido sofa

Alicia tiene sueños. Uno de ellos es poder volver a estar al lado de aquella persona. Otro es escuchar de nuevo su voz. Otra es caer en sus brazos. Otra es morir por un beso suyo.

Abrazando a un oso de peluche

En que piensas cuando te digo...

¿Noches de ensueño y Besos amargos?

A mi solo me viene una cosa a la mente...


Tú

Respuesta tras respuesta

-¿Dónde estamos?
-Allá donde convergen nuestros sueños.
-¿Debajo de la almohada?
-Exactamente. ¿acaso existe otro lugar?
-Donde el cielo no está sobre nuestras cabezas y el mañana es eterno.
-En aquel lugar no se sueña. Hay que estar muy muerto para poder tener sueños allí.
-¿Alicia? ¿Tienes miedo?
-Todos los días. ¿Tú no?
-Solo tengo miedo si ese día no estoy entre tus brazos.
-¿No echas de menos el mar?
-Solo le noto un poco más lejos de mi cada día.
-Entonces igual que aquel ángel.
-¿Hablas de él?
-¿De quien sino?
-Hay tanta gente hoy día.
-Nadie como él.
-Nadie como él.
-¿Piensas igual?
-Confío en ti
-No deberías
-Confío en ti, mas que en la muerte.
-¿Crees que ella te mintió?
-¿Tú no?
-Beatrice, solo se que la tierra no es plana como un pizza.
-Hmmm, pizza...
-Recogete la baba...
-Me tientas tanto.
-¿De qué hablábamos?
-¿De pizza?
-No tonta...antes.
-De la muerte.
-La odias demasiado, para ser alguien que conoces tanto.
-Mas quisiera yo no saber nada de ella.
-Tengo miedo. Abrazame
-Te abrazo. ¿No hablaste con él?
-¿Antes o después de su muerte?
-No sabía que pudieras hablar con los vivos.
-Aun no.
-¿Entonces?
-Después no me atreví a mirarle.
-No seas cruel.
-Morir por nada es absurdo.
-Y si no le ayudas, más se sentirá él.
-¿Crees que querrá verme?
-¿Ves la posibilidad de que no quiera?
-¡Siempre respondiendo con preguntas!
-Quiero pizza.
-Y yo
-¿Comemos eso hoy?
-Claro Beatrice
-¿Quieres que deje de abrazarte?
-Nunca..

La noche era demasiado oscura

Alicia caminaba por la calle. Tenía miedo a cada paso que daba. No le gustaba caminar sola, pero comprendió a la larga que era mejor estar sola.
La gente me hacía daño, o simplemente no querían estar a mi lado.
Comprendí que la soledad implicaba a la larga felicidad.

Caminar por el bosque...sola... no es aconsejable.
Lo hacía todas las noches.
Una, un Lobo se me acerco.
Era un Lobo de pelo oscuro, y ojos grandes. Sentía como me miraba.
Me cautivo con su mirada.

"Que raro..."

Me acerqué a él, y me agaché. Se acercó del todo a mi, y posó su hocico en mi cara. Estaba húmedo, pero era tan acogedor. Levante las manos y las acerqué a su pelo. Quería tocarle, quería estar con él.
Quería que todo lo que me rodease fuera parte de él.

"Que estupidez" Me dije.

Me levanté bruscamente, volviendo a la realidad. No debía estar con nadie.

"Maldito Lobo"



Me di la vuelta, y note como este me seguía. Y no pude evitar llorar y girarme para volverle a abrazar de nuevo.

Somewhere

Se dice que debajo de un Arco iris... algo pasa.
No pude evitar la tentación, y espere ilusa en una pradera a que dejara de llover en aquel día tan soleado.
El arco iris estaba allí.
Se miraba al cielo y se podía ver y tocar.
¿Que cómo era?
Que tontería de pregunta... ¡de colores!
Ya sabéis...
Amarillo... Rojo...Anaranjado... Verde... Azul... Añil... y Violeta...
Así es...
Tocabas aquellos rayos y la mano se quedaba con ellos... los lanzabas al aire y estos volaban como pájaros libres.





Se dice que debajo de algún lugar de un Arco iris...
Tus deseos se hacen realidad.



Recibí antaño un beso debajo de un arco iris... pedí que nunca nuestros labios se separaran...




El arco iris no hace nada realidad...





Te odio

Polvos de hada

Me gusta tener pensamientos alegres.
Un día, después de que un hada se posara en mi ventana, y el viento agitara sus alas, tuve un pensamiento alegre...
Poco después.. empece a volar... como si pudiera hacerlo desde siempre.
No tenía alas, pero ahí estaba, a seis metros sobre el suelo.
Mi casa esta situada a las afueras de la gran ciudad. Es un gran caseron, con las puertas antiguas, un parque lleno de tumbas de antepasados, un pozo y un columpio antiguo. La ventana era más bien una puerta enorme, por donde el sol solía colarse todas las mañanas.
Ese día salí por la ventana, con la intencion de no volver.
Hacía frio ese día.
Y Alicia no suele tener frio... y eso la preocupo

La lluvia moja por igual

Hoy llovía. Alicia se percató de eso al salir a la calle.Que ingenua que puedo llegar a ser.Tengo entendido que si llueve, es que alguien esta triste, pero nunca supe si creermelo o no.Nunca lloro, así que no podía ponerlo en práctica.Solo lloro cuando Lobo me hacía daño... o cuando..Da igual, no importa...Mire a mi lado y había una chica sonriendo...Era amiga de Beatrice, y poco a poco también la había conocido yo. La veía sonreir... pero no se si lloraba el cielo por ella.

¿Hablamos de Kimonos?

Todo Kimono tiene un Pato.
Cada Pato tiene su Kimono.

Lo dificil es que sean de su talla.

Tengo un Pato sin Kimono.
Este se siente triste y desolado.
¿Cómo puede aun vivir sin Kimono?
Un Pato sin Kimono es como una rosa sin olor. No es nada sin aquello que le han arrebatado.
Pero... ¿alguien se pregunta qué es un Kimono sin Pato?
Ciertamente pocos nos hacemos esa pregunta.
Solemos ser mas discriminatorios a la hora de hablar de Kimonos.
Pero, ¿sentiran igual que los Patos sin Kimono?
Supongo que si... no me imagino a un Kimono feliz de no tener Pato...

Mi Pato encontró una vez un Kimono...
Era blanco, y de su talla el diria. Era perfecto.
Un día el Kimono se dejó en la tintoreria, y nunca más supo mi Pato de él.
Desde entonces anda de un lado para otro, desnudo y llorando, llamando a su Kimono allá por donde pasa.
Pero nunca obtiene respuesta...





¿Aun estamos hablamos de Kimonos?

Que sexy te pones cuando te medio enfadas

Alicia corría desesperada por el bosque.
Tenía miedo.
Ver la cara del Cazador me había perturbado. Nunca había visto ojos iguales.
Sabía que no era para mí, que me haría daño si me quedaba, por eso corrí todo lo que pude.
Me encontré de nuevo con el Lobo...
Me miró a los ojos, y supe que aun tenia odio hacia mi. Nunca supe el motivo de ese odio.
-¡Fuiste tú quien me dejó! - chillé
El Lobo se limitó a aullar sentado a cuatro patas.
Supe lo que me quiso decir y tras dejar caer una lagrima en el suelo, huí.
No tardé en escuchar un disparo...
"¡No!"...

Me paré en seco y volví la vista atrás...
No podía a ver pasado... NO

Vi al cazador saliendo entre dos árboles...
Cubierto de sangre se acercaba melancolicamente a mi.
Extendió sus brazos y espero que le abrazara...
Me limite a caer en el suelo...
Llorando amargamente la muerte... de mi amado
Mientras el cazador... de pie, a mi lado

El angel que se arrepintio de volar

Como el angel tonto que se canso de volar en mitad del Atlántico.
Hay que ser idiota en esta vida.


Y este angel se lleva la palma.

Cosas del agua

¿Conocéis la historia del Oxígeno?

Cosas de la vida.
El Oxígeno es poco conocido, siempre va a acompañado de alguien que es mucho más importante que el en todos los sitios a los que va.
Nadie conoce de verdad al Oxígeno, y este se siente solo y desolado.
Suele caminar cerca de Paréntesis, o de Hidrógeno, el cual le considera su mejor amigo. Pero un día pasó algo inexplicable para Oxígeno. Hidrógeno se trajo a otro Hidrógeno. Oxígeno se sentía defraudado, siempre pensó que Hidrogeno quería estar con él, que podían llegar a ser algo más. Siempre había tenido en mente un día romántico con Hidrogeno, pero ahora todo se echaba por patas.
Parecían más unidos que nunca. Hidrógeno y Hidrógeno cogidos de la mano y al lado siempre Oxígeno.
Nunca llegó a pensar que esto podría pasarle a el, eran inseparables hasta que llego él.
Y Oxígeno no pudo evitar… llorar.

Dias con Beatrice

-Aliciaaaa!!
Gritaba Beatrice desde lo alto de la colina...
-Alicia!!!
"¡Dioses! siempre igual... justo cuando habia conseguido relajarme"
-¿Dime Beatrice?

Subí parsamoniosamente la montaña.
Era mediodia y despues de una buena tarta de arandanos no me apetecia mucho moverme.
Pero allí, en lo alto de la colina se encontraba Beatrice con su querido vestido verde...
Miraba el horizonte como cualquier cosa

-Mira Monique, el sol es tragado por el bosque...

Tenía la costumbre de llamarme Monique... cosas de la infancia.
Miré hacia donde estaba ella observando. El sol, rojo como el fuego, era absorvido poco a poco por el denso bosque.

-¿Crees Beatrice que algún día tendremos un Persecon?
Beatrice me miró con asombro... Hacía mucho que no le preguntaba por aquello.
-Por supuesto Monique...
Su sonrisa ilumino la escena, que poco despues se habia quedado a oscuras

Correteando por el bosque

Alicia es idiota.

Alicia suele caminar por la noche por el bosque que tiene pegadito a su casa. Suele ir a pensar. Hace poco se avistó a un cazador que buscaba ciervos. Nunca Alicia había hablado con él, y le daba algo de miedo encontrarse con él, por eso había dejado de ir al bosque.
Ayer por la noche no pudo evitar volver a caminar por allí. La luna se apoyo en el horizonte. Alicia con su vestido rojo sangre y una capa a juego, caminaba despreocupada.
Se giró tras escuchar el aullido de un lobo

Alicia se asustó. Se tapó con la capucha y corrió entre los árboles. Alicia, torpe e infantil, tropezó.
Una rama en el camino era la culpable.
Una mano la ayudó a levantarse.
En la otra una rosa blanca...

Él la miraba, cautivada, intento evitar ante todo... Aquellos ojos negros hacian de sus ojos verdes un mar.
"No soporto su mirada... pero que bonita es la rosa"
Como una niña, se cubrió con la capa y con miedo dio un paso hacia atrás...
Las ramas del suelo hicieron ruido. El lobo acechaba. Alicia alzó la vista y el cazador la sonrió.
Un leve susurro dejo oirse en el bosque
-No temas... estoy contigo...Alicia...

Alicia se arrodillo en el suelo y se cubrio la cabeza con sus manos, mientras dos lagrimas se derramaban ...


Soy idiota

Sueño de un perro moribundo

Salí a la calle, llovía. Nunca había conocido aquella ciudad sin niebla y lluvia. Siempre estaba oscuro, y el asqueroso aroma a gato muerto se colaba por las calles de la ciudad, apestando el aire.

Mis zapatos de cristal estaban rotos, y poco a poco notaba como la suela se clavaba en mis pies.

Cierto era que dolia, pero no podía pararme, ahora no.

Otra gota.

Note como el Cielo me lloraba encima mia.

Era el fin... lo noté.

Camine con más fuerza. Mi vestido con cola se estaba manchando por las lagrimas del Cielo. Antaño aquel vestido era azul, como el mar. Se dejaba notar como la arena de la playa habia estado jugando con él. Ahora, teñido de rojo...

"Demasiada sangre... no creo que aguante el color"-Me dije desolada

Segui caminando bajo aquella apestosa lluvia

Me pilló desprevenida

Me desperté. Era de noche, como no.
Siempre me despertaba en mitad de la noche. Miré el reloj de pulsera que tenía cerca de mí. Eran la una y media de la mañana. A mi lado, alguien. No sabía decir quien era aquella persona, con el pelo rubio que estaba tumbada a mi lado. Levanté la sabana. Otra vez desnuda.
Siempre igual.
Me levante, y recogi mi vestido negro del suelo. Era de tirantes y dejaba ver el tatuaje que tenia en los tobillos. Unas alas como las de Hermes. Busqué en uno de los cajones y encontré algo de dinero.
Encontre una mochila cerca del mueble, metí dentro el dinero, y de la cocina cogi algo de comida.
"Que hambre tengo"
Abri la puerta y sali de alli...



Otra noche en casa de un desconocido...

Quise huir con todas mis fuerzas

Si... soy Alicia, no se exactamente mi edad, ni me estado civil.
No se si soy virgen o no, no se lo que hice.
No se si aquel chico que me miraba en el metro era por algun motivo en especial, o simplemente por interes. O a lo mejor, aquel corse roto, negro y aquella falda roja que llevaba eran la causa de que se fijara en mi. También es posible que mi maquillaje de tonos oscuros le marcaran. El pelo blanco no parecía la causa. "Que tonteria"-Pensé- "De lo último que se fijaria la gente seria en mi pelo blanco"
De repente vi como alguien entraba en la puerta del tren...
Le reconoci. No se por que ni como, pero era el...

Recorde de repente noches enteras...

Un timbre...


Me perforo el timpano...
Tuve que cerrar los ojos un momento... y ya era tarde, le perdi de vista.
Pero... era él....






Si... soy Alicia... y no se quien eres

Alicia...[Capitulo 1]

Alicia…
Alicia tiene miedo.
Como toda niña de su edad… tiene miedo.
Siente que aquel cuento que tubo que pasar antaño volverá para hacerla daño.
Muchos creen que su historia es falsa. Pero no es cierto.
Incluso uno tuvo el valor de escribir un cuento para niños con su historia.
Difamando aquella historia que contó realmente.
Alicia tiene miedo.


Algún día os contare la historia de Alicia.


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Alicia era una niña problemática y risueña. No era mala, solamente buscaba lo que quería y hasta que no le era otorgado, no paraba. Muchos dirían que era una malcriada, pero no era así. Su familia, rica y poderosa, se ocupaba de sus asuntos, dejando de lado siempre a Alicia.
“¿Porqué los niños tienen más cosas que yo?” Se decía Alicia una y otra vez viendo como los niños se divertían en los jardines.
Un día como otro cualquiera de verano, salió a pasear, cuando de repente, algo blanco se cruzo ante sus ojos… era un conejo.
Lo distinguió a la legua. Era un conejo blanco que brincaba con dos patas. Alicia lo encontró sumamente gracioso, como movía su nariz y sus orejas. Vio como sacaba un pequeño reloj de cuerda de su chaleco. Por supuesto, Alicia no se sorprendió en ver a un conejo con chaleco… era lo mas normal del mundo. “Ya era hora de que los animales también se vistieran… no es justo sino” Pensó Alicia. Le sorprendió más el hecho en si de que el conejo supiera leer las agujas del reloj. Ni si quiera Alicia sabía. Muerta de envidia y con mucho orgullo se intentó acercar al conejo, y preguntarle a ver si de verdad sabía leer la hora.
Un paso… otro… otro… y todos con decisión. El suelo temblaba a cada paso que daba con aquellos chapines negros. El conejo no se percató si quiera de su presencia, estaba más ocupado en el reloj. “¡Ay! Dios mío que tarde es” Se dijo el conejo y salió dando brincos por la pradera. “¡Ah! No… no te escapas” Y Alicia con rabia y orgullo, ignorando el echo de que un conejo hablara, intentó correr tanto como él para darle caza.